El amarillo fosforescente del Movimiento PcD en México ya irradia Latinoamérica

Se preparan para marchar el Día Internacional de la Discapacidad en diciembre de 2023

Organizaciones de Personas con Discapacidad en más de 12 países latinoamericanos seguirán el ejemplo del Movimiento de Personas con Discapacidad en México

El Movimiento de Personas con Discapacidad, surgido en México en 2021, tiene ahora presencia e influencia en el ámbito latinoamericano. A partir de su convocatoria, en diciembre de 2023 llevarán a cabo marchas similares a la que se realiza en México desde su surgimiento, en al menos 13 países. El motor de su lucha son sus derechos al pleno ejercicio de su capacidad jurídica y a vivir de forma independiente, tal como se señalan los artículos 12 y 19 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Martha Gabriela García Álvarez, cofundadora y parte de la dirigencia del Movimiento, a través de Ana Eliceda Fisher ha compartido la experiencia el 17 de mayo, en el marco de las reuniones del Comité para la Eliminación de Todas las formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad (CEDDIS) y del Programa Iberoamericano de Discapacidad (PID), de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se llevan a cabo entre el 15 y el 19 de mayo de 2023 en Panamá. Desde su perspectiva, en necesario “decir nuestras necesidades y todo lo que se está haciendo y también lo que falta por hacer. Entre más seamos, vamos a tener un mayor impacto, va a haber más eco de lo que estamos diciendo”.

Para este año, ha sido posible establecer una alianza con la Red Latinoamericana de Vida Independiente (RELAVIN), en la que el miembro del Centro Vida Independiente de Japón y el Gerente del Proyecto Morpho de Costa Rica, Takeshi Inoue ha sido una pieza clave.  Esta red cuenta ya con centros afiliados en 13 países: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, Costa Rica, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay.  Su lucha ha sido reconocida por personalidades como Amalia Gamio, actual Vicepresidenta del Comité de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y María Soledad Cisternas, Ex Presidenta de dicho Comité

El reto es mayúsculo ya que la Región Latinoamericana cuenta con una población de 662 millones de habitantes. Según el Informe del Banco Mundial “Inclusión de las personas con discapacidad en América Latina y el Caribe: Un camino hacia el desarrollo sostenible”[1], en 2021, “unas 85 millones de personas con discapacidad viven en América Latina y el Caribe, lo que representa el 14.7% de la población regional. Los hogares donde viven personas con discapacidad son más pobres y en 1 de cada 5 hogares en situación de pobreza extrema vive una persona con discapacidad”.

Al irradiar su fuerza e iniciativa hacia Latinoamérica, el Movimiento de Personas con Discapacidad se hermana con organizaciones y asociaciones de Personas con Discapacidad, que cuentan con variadas antigüedades y trayectorias. Su rasgo distintivo, que también ha sido propuesto para México, es que todas ellas pueden participar, dando continuidad a sus iniciativas y singularidades, en un “movimiento” que las aglutina. Al participar de esta forma, se presentan y se visibilizan, utilizando el amarillo fosforescente que han elegido como emblema de su lucha. De esta forma, buscan incidir en los asuntos públicos que les afectan de manera directa y en cualquier medida gubernamental o empresarial que ubican como relevante.

En México, el Programa Universidad Incluyente y Accesible de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, ha sido propuesto como aliado estratégico del Movimiento de Personas con Discapacidad, al que aporta a través de la sistematización de su trayectoria y de la realización de investigación colaborativa.

Presentándose como movimiento, cuestionan y combaten las posturas asistencialistas, tanto del gobierno como de sectores empresariales o religiosos que continúan adoptando una posición asistencialista o caritativa frente a las Personas con Discapacidad. En lugar de ello, proponen ubicarse en un lugar social en el que se garantizan sus derechos. Como remarca Ana Fisher, militante panameña en su intervención: “Sin nosotros, no hay derechos”.


[1] Disponible en: https://documents1.worldbank.org/curated/en/099140012012142009/pdf/P1753830860ccc05c0a4400a141537f3421.pdf